Rutinas y actividades diarias

Estructuramos las rutinas para que los peques se anticipen a lo que van a hacer

Para los niños es de vital importancia que su día tenga una secuencia ordenada ya que el concepto del tiempo todavía no lo conocen. Al interiorizarla, pueden prever lo que van a realizar en cada momento.

Empezamos el día con el Trabajo Montessori. Como en nuestra Escuela seguimos al niño, el tiempo de trabajo en el ambiente es flexible.

Una vez que observamos que ya desean terminar, recogemos el material y nos damos los “buenos días”. Un momento que sirve para compartir, conversar, cantar, contar cuentos y aprender conceptos como: el tiempo, los días de la semana, vocabulario, etc.

Luego llega nuestra profesora de idiomas para, durante la siguiente hora, realizar actividades en lengua inglesa.

Atendemos a un calendario semanal ordenado:

Al término de las actividades, tomamos un tentempié a media mañana, favoreciendo siempre los alimentos sanos. Es un desayuno completo y variado donde se les proporciona dos días a la semana fruta de temporada y en los demás otro tipo de alimentos como tostada de pan con aguacate, queso o paté, fiambre con palitos de pan integrales o galletas sin azúcar.

En la secuencia, vamos al baño.

Pedimos al niño a que nos ayude en este momento, cambiándole de pie y frente a un espejo, para que él pueda reconocerse y observarse.

Primero, pedimos que coja su pañal de sus pertenencias, se baje el pantalón y nos ayude a quitarse el pañal.

Una vez que le limpiamos y cambiamos, se subirá su pantalón y le pedimos que tire su pañal a la basura.

Cuando se trata de niños que no utilizan pañal, disponemos de váter adaptados a su altura, permitiendo que se puedan sentar de forma agradable y segura.

Una vez aseados y cambiados, vamos al patio. En función del tiempo que haga, cada peque coge su abrigo e intenta ponérselo solo. De no ser así, está su guía para mostrarle cómo hacerlo y ayudarle. Para el patio, en nuestra escuela siempre pedimos botas y pantalón chubasquero, ya que los días de lluvia salimos a pisar los charcos y a disfrutar del agua.

Si por el contrario no podemos salir, nos quedamos en la Sala de Movimiento .

Un espacio con módulos de madera que favorece el desarrollo motor y la coordinación de sus movimientos, donde los desplazamientos son libres y de manera autónoma.

Además, en este espacio se dispone de material adicional para favorecer ese juego simbólico tan necesario y que no está disponible en los demás ambientes.

Luego, llega la hora de la comida; es momento de compartir en grupo la comida elaborada cada mañana en nuestras cocinas.

Seguimos un menú casero, saludable y variado, basado en una dieta mediterránea y supervisado por una dietista-nutricionita que nos asegura el correcto equilibrio nutricional del niño.

El menú consta de tres platos:

    • Primer plato: compuesto por verduras, hidratos de carbono o legumbres.
    • Segundo plato: compuesto por carne, pescado o huevos.
    • Postre: se ofrece fruta, lácteos sin azúcar y postres artesanales.

Acompañamos siempre el menú con agua y pan.   

  • Favorecemos el consumo de alimentos frescos y de temporada.
  • Cumplimos todas las normas higiénico-sanitarias que garantizan una cocina segura.
  • En el menú incluimos comidas típicas del país correspondiente al que se está trabajando en clase, para así conocer y saborear alimentos procedentes de otros lugares.
  • Todos los meses mandamos dicho menú a las familias, para poder facilitar su organización con el resto de comidas que hacen en casa.

Una vez finalizada la comida, llega la hora de dormir. Nuestros peques duermen en camas bajas y a su altura, siempre en la misma cama, ayudándolos a saber dónde tienen que ir para relajarse y conciliar el sueño.

Ubicados en una zona oscura, con una pequeña lucecita y con música relajante de fondo, acompañamos a nuestros niños a sus camitas y les pedimos que se relajen. Siempre a su lado, les damos caricias y masajes esperando a que poco a poco, consigan dormirse.

Según se van despertando, les damos la merienda, les cambiamos y finalmente, llegan las familias a recogerlos.

Además de seguir estas rutinas diarias, también tenemos otros aspectos que nos caracterizan, como el cuidado animal.

Educar desde la infancia en el respeto de los animales es fundamental y son unos maravillosos compañeros para los peques. En nuestro centro tenemos de mascota dos hámsters.

Gracias a ello, pretendemos enseñar una serie de valores:

La energía desconocida que puede ayudar a la humanidad es la que se encuentra en el niño.

María Montessori

Rutinas y actividades diarias

Estructuramos las rutinas para que los peques se anticipen a lo que van a hacer

Para los niños es de vital importancia que su día tenga una secuencia ordenada ya que el concepto del tiempo todavía no lo conocen. Al interiorizarla, pueden prever lo que van a realizar en cada momento.

Empezamos el día con el Trabajo Montessori. Como en nuestra Escuela seguimos al niño, el tiempo de trabajo en el ambiente es flexible.

Una vez que observamos que ya desean terminar, recogemos el material y nos damos los “buenos días”. Un momento que sirve para compartir, conversar, cantar, contar cuentos y aprender conceptos como: el tiempo, los días de la semana, vocabulario, etc.

Luego llega nuestra profesora de idiomas para, durante la siguiente hora, realizar actividades en lengua inglesa.

Atendemos a un calendario semanal ordenado:

Al término de las actividades, tomamos un tentempié a media mañana, favoreciendo siempre los alimentos sanos. Es un desayuno completo y variado donde se les proporciona dos días a la semana fruta de temporada y en los demás otro tipo de alimentos como tostada de pan con aguacate, queso o paté, fiambre con palitos de pan integrales o galletas sin azúcar.

En la secuencia, vamos al baño.

Pedimos al niño a que nos ayude en este momento, cambiándole de pie y frente a un espejo, para que él pueda reconocerse y observarse.

Primero, pedimos que coja su pañal de sus pertenencias, se baje el pantalón y nos ayude a quitarse el pañal.

Una vez que le limpiamos y cambiamos, se subirá su pantalón y le pedimos que tire su pañal a la basura.

Cuando se trata de niños que no utilizan pañal, disponemos de váter adaptados a su altura, permitiendo que se puedan sentar de forma agradable y segura.

Una vez aseados y cambiados, vamos al patio. En función del tiempo que haga, cada peque coge su abrigo e intenta ponérselo solo. De no ser así, está su guía para mostrarle cómo hacerlo y ayudarle. Para el patio, en nuestra escuela siempre pedimos botas y pantalón chubasquero, ya que los días de lluvia salimos a pisar los charcos y a disfrutar del agua.

Si por el contrario no podemos salir, nos quedamos en la Sala de Movimiento.

Un espacio con módulos de madera que favorece el desarrollo motor y la coordinación de sus movimientos, donde los desplazamientos son libres y de manera autónoma.

Además, en este espacio se dispone de material adicional para favorecer ese juego simbólico tan necesario y que no está disponible en los demás ambientes.

Luego, llega la hora de la comida; es momento de compartir en grupo la comida elaborada cada mañana en nuestras cocinas.

Seguimos un menú casero, saludable y variado, basado en una dieta mediterránea y supervisado por una dietista-nutricionita que nos asegura el correcto equilibrio nutricional del niño.

El menú consta de tres platos:

    • Primer plato: compuesto por verduras, hidratos de carbono o legumbres.
    • Segundo plato: compuesto por carne, pescado o huevos.
    • Postre: se ofrece fruta, lácteos sin azúcar y postres artesanales.

Acompañamos siempre el menú con agua y pan.   

  • Favorecemos el consumo de alimentos frescos y de temporada.
  • Cumplimos todas las normas higiénico-sanitarias que garantizan una cocina segura.
  • En el menú incluimos comidas típicas del país correspondiente al que se está trabajando en clase, para así conocer y saborear alimentos procedentes de otros lugares.
  • Todos los meses mandamos dicho menú a las familias, para poder facilitar su organización con el resto de comidas que hacen en casa.

Una vez finalizada la comida, llega la hora de dormir. Nuestros peques duermen en camas bajas y a su altura, siempre en la misma cama, ayudándolos a saber dónde tienen que ir para relajarse y conciliar el sueño.

Ubicados en una zona oscura, con una pequeña lucecita y con música relajante de fondo, acompañamos a nuestros niños a sus camitas y les pedimos que se relajen. Siempre a su lado, les damos caricias y masajes esperando a que poco a poco, consigan dormirse.

Según se van despertando, les damos la merienda, les cambiamos y finalmente, llegan las familias a recogerlos.

Además de seguir estas rutinas diarias, también tenemos otros aspectos que nos caracterizan, como el cuidado animal.

Educar desde la infancia en el respeto de los animales es fundamental y son unos maravillosos compañeros para los peques. En nuestro centro tenemos de mascota dos hámsters.

Gracias a ello, pretendemos enseñar una serie de valores:

La energía desconocida que puede ayudar a la humanidad es la que se encuentra en el niño.

María Montessori

Rutinas y actividades diarias

Estructuramos las rutinas para que los peques se anticipen a lo que van a hacer

Para los niños es de vital importancia que su día tenga una secuencia ordenada ya que el concepto del tiempo todavía no lo conocen. Al interiorizarla, pueden prever lo que van a realizar en cada momento.

Empezamos el día con el Trabajo Montessori. Como en nuestra Escuela seguimos al niño, el tiempo de trabajo en el ambiente es flexible.

Una vez que observamos que ya desean terminar, recogemos el material y nos damos los “buenos días”. Un momento que sirve para compartir, conversar, cantar, contar cuentos y aprender conceptos como: el tiempo, los días de la semana, vocabulario, etc.

Luego llega nuestra profesora de idiomas para, durante la siguiente hora, realizar actividades en lengua inglesa.

Atendemos a un calendario semanal ordenado:

Al término de las actividades, tomamos un tentempié a media mañana, favoreciendo siempre los alimentos sanos. Es un desayuno completo y variado donde se les proporciona dos días a la semana fruta de temporada y en los demás otro tipo de alimentos como tostada de pan con aguacate, queso o paté, fiambre con palitos de pan integrales o galletas sin azúcar.

En la secuencia, vamos al baño.

Pedimos al niño a que nos ayude en este momento, cambiándole de pie y frente a un espejo, para que él pueda reconocerse y observarse.

Primero, pedimos que coja su pañal de sus pertenencias, se baje el pantalón y nos ayude a quitarse el pañal.

Una vez que le limpiamos y cambiamos, se subirá su pantalón y le pedimos que tire su pañal a la basura.

Cuando se trata de niños que no utilizan pañal, disponemos de váter adaptados a su altura, permitiendo que se puedan sentar de forma agradable y segura.

Una vez aseados y cambiados, vamos al patio. En función del tiempo que haga, cada peque coge su abrigo e intenta ponérselo solo. De no ser así, está su guía para mostrarle cómo hacerlo y ayudarle. Para el patio, en nuestra escuela siempre pedimos botas y pantalón chubasquero, ya que los días de lluvia salimos a pisar los charcos y a disfrutar del agua.

Si por el contrario no podemos salir, nos quedamos en la Sala de Movimiento.

Un espacio con módulos de madera que favorece el desarrollo motor y la coordinación de sus movimientos, donde los desplazamientos son libres y de manera autónoma.

Además, en este espacio se dispone de material adicional para favorecer ese juego simbólico tan necesario y que no está disponible en los demás ambientes.

Una vez finalizada la comida, llega la hora de dormir. Nuestros peques duermen en camas bajas y a su altura, siempre en la misma cama, ayudándolos a saber dónde tienen que ir para relajarse y conciliar el sueño.

Ubicados en una zona oscura, con una pequeña lucecita y con música relajante de fondo, acompañamos a nuestros niños a sus camitas y les pedimos que se relajen. Siempre a su lado, les damos caricias y masajes esperando a que poco a poco, consigan dormirse.

Según se van despertando, les damos la merienda, les cambiamos y finalmente, llegan las familias a recogerlos.

Además de seguir estas rutinas diarias, también tenemos otros aspectos que nos caracterizan, como el cuidado animal.

Educar desde la infancia en el respeto de los animales es fundamental y son unos maravillosos compañeros para los peques. En nuestro centro tenemos de mascota dos hámsters.

Gracias a ello, pretendemos enseñar una serie de valores:

La energía desconocida que puede ayudar a la humanidad es la que se encuentra en el niño.

María Montessori

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